Más operaciones de ojos en África
14 de junio de 2018 – Zambia, Kenia y Burkina Faso
"Pensé que nunca volvería a ver las maravillas de este mundo", dijo uno de los pacientes después de una exitosa cirugía de cataratas en Burkina Faso.
Una vez más, médicos españoles se han unido a médicos locales en África para llevar a cabo cirugías de ojos gratuitas a personas sin recursos. Los médicos han operado a 518 pacientes: 216 en Zambia, 232 en Kenia y 70 en Burkina Faso.
Los equipos incluyeron oftalmólogos, optometristas, anestesiólogos, médicos generales, enfermeras y estudiantes de medicina. Los voluntarios locales trabajaron con Visió sense fronteres y Embracing the World para que todo esto tuviera lugar. La mayoría de las cirugías fueron por cataratas , pero también se realizaron procedimientos de capsulotomia y pterygion.
ZAMBIA
Se trataba de la primera vez que se realizaban campañas médicas de este tipo en Zambia, y por lo tanto constituían todo un desafío. Estaba programado que durara más de 10 días y la ubicación era el Hospital Minga en Petauke, un pueblo a 400 km al este de la capital Lusaka. No había quirófano, por lo que hubo que improvisarlo en una de las habitaciones del hospital.
Los pacientes fueron seleccionados por tres enfermeras oftálmicas que viajaron más de 100 km al este y al oeste del hospital para seleccionarlos. A los pacientes se les aseguraron cirugías gratuitas, estancias en el hospital y traslado. Los voluntarios de Embracing the World de Zambia trabajaron unidos para obtener todos los permisos, certificados y trámites necesarios.
Para las cirugías, viajaron desde España dos oftalmólogos, una enfermera asistente, un optometrista y un voluntario de quirófano. De Zambia, había un oftalmólogo, un anestesista y dos traductores para el idioma local. Segula meso, que significa abre tus ojos en el idioma local, fueron las palabras más utilizadas.
"Los pacientes se mostraban tímidos los primeros días, pero al final del proyecto estaban mucho más confiados —recuerda la doctora Isabel Signes Soler, una optometrista española que suele actuar como voluntaria de estos campamentos—y en estos momentos ya comenzamos a ser parte del paisaje de la comunidad".
Uno de los días, la energía eléctrica falló por la mañana pero las cirugías continuaron gracias a la energía solar. Se pudo concluir a las dos del mediodía, y los equipos médicos tuvieron tiempo para visitar a los pacientes mientras esperaban a que volviera la electricidad.
"Un paciente en una silla de ruedas aplaudió para darnos las gracias —nos dice la Dra. Isabel— pues se sentía muy feliz porque podía ver mucho mejor". Aunque no hablamos el mismo idioma, el lenguaje del corazón no tiene barreras".
La mayoría de los pacientes eran adultos, pero un niño de 10 años y otro de 13 también fueron operados y ambos procedimientos se realizaron con gran éxito.
KENIA
Esta vez en Kenia, la campaña oftalmológica tuvo lugar en un área cerca de la frontera de Tanzania donde vive la tribu Masai. Los primeros tres días se hicieron en Kaijado, una ciudad a 80 km al sur de la ciudad capital de Nairobi, pero fue en un pequeño hospital que tenía muy pocas instalaciones. Los siguientes tres días fueron en un hospital del gobierno en Narok, una ciudad a 140 km al oeste de Nairobi. La instalación tenía dos quirófanos e instalaciones suficientes.
El equipo incluyó a cuatro oftalmólogos, un anestesiólogo, una enfermera, dos optometristas, un médico general y dos estudiantes de medicina. La selección de los pacientes fue realizada por el personal del Club de Leones de Nairobi, que incluyó la selección del ojo sobre el cual operar y la coordinación de otros detalles. Los voluntarios de Embracing the World de Kenia estuvieron presentes para encargarse de la administración local, el alojamiento y para coordinar este proyecto.
"Las operaciones fueron totalmente gratuitas, así como la admisión al hospital —nos explica la Dra. Isabel—Hubo un anestesista español que colaboró con nosotros e hizo posible operar a niños".
La mayoría de las operaciones de cataratas se realizan en ancianos, pero esta vez hubo un niño de tres años con cataratas bilaterales. Un ojo fue operado primero y al día siguiente, el procedimiento fue evaluado como exitoso. Eso significaba que los médicos podrían realizar la cirugía en el segundo ojo. Además, tres niños más entre seis y once años fueron operados.
La Dra. Isabel Signes recuerda: "El horario de trabajo fue muy intenso, comenzábamos a las 7:30 de la mañana y terminábamos entre las 8:00 y las 10:00 de la noche. Esto significó trabajar entre 12 y 14 horas seguidas para atender a todos los pacientes programados para cada día. A pesar de la intensidad del trabajo, el equipo se sintió muy gratificado y feliz por hacer este trabajo como voluntarios altruistas".
El detalle más interesante, sin embargo, parece haber sido la comunicación a través del lenguaje. Los optometristas aprendieron algunas palabras básicas en swahili para tratar de hablar directamente con los pacientes. Pero la mayoría de las veces, su pronunciación no era del todo correcta. Los pacientes tuvieron que buscar la ayuda del traductor local.
BURKINA FASO
Dentro de los estándares de África occidental, Burkina Faso se considera muy pobre. Es un país sin salida al mar que ha sufrido tanto de sequías recurrentes como de golpes militares, y que el último golpe de estado se produjo en 2015.
Según la Dra. Isabel Signes: "Es el lugar de todos los que visitamos que más ayuda necesita. Siempre me vienen a la mente los rostros de esas personas ciegas, así que aceptamos el riesgo".
El campamento se llevó a cabo en la ciudad capital de Ouagadougou. Una misión católica nos solicitó la ayuda porque tenían pacientes con cataratas muy necesitados. Muchos de ellos ya estaban casi ciegos con tan solo un 10 por ciento de visión. El equipo médico era pequeño, solo un oftalmólogo y dos optómetristas. El equipo también era de repuesto.
El padre Ricardo, el sacerdote a cargo de la misión, esperó al equipo en el aeropuerto y los llevó directamente a la misión. Dado que al llegar ya era de noche, se iniciaron las cirugías temprano a la mañana siguiente. Tenía preparada la lista de pacientes para cada día.
La Dra. Signes recuerda: "No teníamos mucho tiempo para hablar con los pacientes, primero por el idioma y segundo porque tratamos de incluir a tantos pacientes como fuera posible todos los días. Me siento muy agradecida por esta oportunidad de servir a personas muy necesitadas de manera tan directa. Y feliz de haber podido trabajar todos los días y no tener mayores complicaciones".